Microsoft aterrizó la semana pasada en Madrid en forma de espacio de trabajo y me dio la oportunidad de hacer unas fotos a todo lo que han desplegado en Fuencarral 140 hasta el próximo 5 de enero.
Microsoft ha dividido el espacio diáfano de dos plantas en lugar de trabajo, reuniones y ocio, donde se incluye una agradable terraza para tomar café así como varios rincones donde disfrutar de sus nuevos productos, entre ellos la XBox o la Surface Pro 2.
Escuderías GP y Spike and Freak son algunas de las marcas que disfrutarán estas próximas semanas tanto del espacio de trabajo Microsoft como de una de las Surface 2 Pro, la nueva joya de la corona de la compañía estadounidense que funciona tanto como portátil como tableta.
Y como de probar el producto se trata, había que asegurarse de que es resistente hasta a los mordiscos…
Aprovechando la singularidad del sitio, hice un par de retratos siguiendo la técnica del «squinch” (entrecerrar ligeramente los ojos mientras se bizquea levemente) del fotógrafo Peter Hurley (en este vídeo explica cómo, según él, todo es sobre el “squinch”). No sé si continuaré utilizando esta técnica o no, pero al menos, sirvió para relajar enormemente a los improvisados modelos de Escuderías GP y de Spike and Freak y que nos riéramos un rato. ¿Y vosotros qué? ¿Os animáis a probar el squinch?
Lo que se ve al fondo es la famosa noria de Coney Island (New York). En primer término, las vías que me vuelven loca
Uno de los baños más mugrientos en los que haya estado nunca. Cortesía de la estación de tren de Coney Island
Esta soy yo. Al final, para lo sucio que estaba aquel baño pasé una ridícula cantidad de tiempo en él…
Es curioso lo siniestro que puede ser un parque de atracciones si el cielo está plomizo
Siempre que voy a New York me pregunto porque dejan las bolsas de basura tamaño guardar cadáveres en plena calle.
Vuelta a casa antes de desmayarme por culpa de los gintonics y las luces de los pasillos del avión
Esta es la primera foto que hice en New York, y sólo por eso, se merece abrir esta entrada.
No hay nada peor que sentirse solo en una ciudad de millones de personas. No hay nada peor que imaginar lo que pudo ser y no fue. Mi viaje a NY no fue tal y como yo lo había imaginado. Y como lo había visualizado de una manera y, al final, fue de otra, necesite un día entero de compras absurdas de telas, paseos por tiendas de segunda mano mucho más caras de lo que yo puedo permitirme incluso de primera, y no sacar la cámara de la bolsa en todo el día, para deshacerme de los fantasmas que se me habían colado en la maleta y darme cuenta de que estaba en una de las ciudades más increíbles e inverosímiles del mundo.
La segunda foto que hice fue esta.
Y al cruzar la calle me encontré con él. Y claro, no pude resistirme.
Me gusta mirar a la gente. Observo y hago fotos a desconocidos. Y para espiar de esta manera no hay mejor sitio que New York, una ciudad donde es muy fácil pasar desapercibido
Este señor es el portero del Empire State Building
En Times Square siempre hay policía. Hay agentes a caballo y otros en coche patrulla. Son tíos muy majos que, sospecho, se pasan su jornada laboral haciéndose fotos con las hordas de turistas que pueblan la plaza. También se dan un aire al agente mejor amigo del protagonista que irremediablemente muere en las pelis de polis. Estoy convencida de que lo hacen porque el ayuntamiento está muy preocupado de que los turistas se vayan a llevar una imagen errónea de la ciudad. Los taxis, amarillos. El Chrysler, en su sitio. Mucha gente por la 5th Avenue. Y los policías, como en las películas. Dí que sí City Hall.